Hay días mejores

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Después de los ánimos recibidos por todos vosotros, he de deciros que me habéis levantado la moral un montón y cada vez que tengo un bajón, pienso en todas esas palabras amables que me habéis regalado.

Ayer volví al hospital tras varios días ausente ya que tuvimos unos días de team building en un súper hotel  y además tuve otro día de reunión con mi nueva jefa Eva. Ella también es comadrona, por lo que es muy fácil hablar de estos temas sin tener que explicarle los términos que uso. Esto es una gran ventaja.

Le estuve contando lo que me he encontrado en el hospital.  Se quedó tan horrorizada como yo y me explicó un nuevo plan de acción: Durante las próximas visitas al hospital no debo interferir en el cuidado que dan las matronas que trabajan en el hospital. De este modo, sabiendo cómo trabajan realmente, será más fácil ayudarlas.

Esto es simplemente imposible. Cuando eres testigo de una constante violación de los derechos humanos más básicos, no te puedes quedar de brazos cruzados tomando notas. Pero se me ha ocurrido una gran idea. Les he dado a las alumnas una cámara de vídeo y un trípode. Les he explicado cómo funciona, y lo más importante, la parte ética del asunto: Tienen que pedirle consentimiento a todas las personas que van a salir en la grabación y no debe salir la cara de la parturienta en ningún momento.

Ayer, de vuelta en el hospital, no hay ninguna mujer ingresada por motivos que atañan a las matronas. Voy a ver el paritorio. Está lleno de porquería por todos lados. La camilla tiene manchas de sangre, el delantal impermeable que les compró GIZ, lo mismo y hay restos de comida (huesos de pollo y arroz) debajo de la camilla.

Voy a la sala de estar de las enfermeras. Les digo a las alumnas que busquen a quien tiene que limpiar eso. Uno de los médicos que está allí pregunta extrañado ¿la sala de partos no está limpia?

Aunque me gustaría contestarle que para los estándares de limpieza de Bangladesh, no está mal, simplemente digo con amabilidad y una sonrisa: “No, no lo está”.

Vuelvo al cabo de un tiempo y veo que el suelo está fregado, los huesos de pollo siguen bajo la camilla, pero apartados contra la pared. ¡Mucho mejor! Todos sabemos que la porquería junta y contra la pared da menos sensación de suciedad, y la camilla y el delantal siguen sucios. Lo que me venía temiendo desde hace tiempo. En Bangladesh, limpiar un lugar significa fregar el suelo.

Entra la limpiadora con la fregona. Le señalo la camilla, las manchas, el delantal, el pollo…

Me dice que sí.

Cuando vuelvo, casi no me atrevo ni a entrar. En conclusión puedo decir que los huesos de pollo ya no estaban donde los dejé la última vez y que la camilla y el delantal tenían menos manchas visibles que antes.

Les doy una charla a las alumnas sobre higiene y limpieza. Sé que en este país son marranos hasta los que tienen carrera universitaria. Intento centrar la importancia de la higiene en que esto es un hospital. No quiero herir sentimientos y es tan difícil, que hay que ir con mucho cuidado. Hace unos días, una de las alumnas me contaba que en Bangladesh vienen muchos pacientes con diarrea porque las condiciones higiénicas de su casa son muy malas. Me decía esto en la sala de enfermería de un hospital donde las paredes no se han limpiado jamás y están llenas de chorretones y salpicaduras de distintas sustancias y colores… ¿Cómo serán las condiciones higiénicas de esas casas? ¿Tienen caca y restos de comida podrida embadurnando las paredes? ¿No sé qué es más sucio que las paredes de la sala donde estábamos? Supongo que se referiría a que en estas casas no friegan el suelo.

Aquí todo el mundo nos mira a mi familia y a mí. Es realmente incómodo y aunque algo te acostumbras (no te sientes violenta y actúas de forma normal ya que los primeros días yo notaba hasta miedo escénico con su taquicardia y taquipnea incluidas cuando salía a la calle), sigue siendo muy desagradable: caras perplejas, codazos al que no nos ha visto, señalan, fotos, vídeos, intentos de sobar a las niñas… Comentaba con una colega que sería exactamente igual si saliésemos desnudos a la calle. Simplemente no nos pueden mirar más que lo que nos miran ahora. Con la suciedad pasa lo mismo. No pueden ser más sucios a no ser que a propósito decoren con mierda las paredes.

Al finalizar el día, les doy la cámara y les explico cómo grabar nuevamente.

Al día siguiente cuando llego, no hay ninguna mujer ingresada. Las alumnas me cuentan orgullosas, que hubo un parto por la noche y que me lo grabaron.

¡Vamos a verlo!- dijo una de ellas. Tras unos minutos de grabación, lo paré. Me era imposible evitar gesticular.

Al llegar a casa vi el vídeo a cámara rápida porque impresiona menos que verlo en tiempo real. Con lágrimas en los ojos según lo recuerdo, solo puedo deciros que tengo una snuff movie.

 

12 comentarios en “Hay días mejores

  1. Sólo puedo decirte que te cuides. Eres muy necesaria ahí, pero ver y «participar» en esas torturas tiene que ser durísimo. Piensa en lo positivo , que si tu no estuvieses no habría opción de cambio. Mucho ánimo, un abrazo y gracias en nombre de las mujeres que saldrán beneficiadas de tu trabajo.

  2. Que duro, duro por la diferencia y por los niveles de ética a los que tienes que enfrentarte.
    Un duro proyecto, pero seguro que si nadie enseña otra posible forma de hacer las cosas, todo seguirá igual.
    Te felicito por tu labor, por todas las mujeres y bebes que saldrán bebeficiados.
    Mucha fuerza.

  3. Irene, si cuidate mucho, dejate cuidar también….este trabajo es duro en todos los sentidos y seguro que verás resultados de tu trabajo…pero cuidate mcuho!!!
    sigue compartiendo, me encanta como escribes y por lo menos podemos acompañarte un poco , aunque sea en la distancia….
    besos on fuerza y ánimos!!!

  4. Hola Irene. Solo quiero decirte que me encanta cómo escribes. Las cuatro entradas me han encantado a su manera. Y transmitirte mucha esperanza, en ti y en esas mujeres, en que podemos cambiar el mundo juntas, y para ello hay que empezar por el principio, como ya te han dicho en otros comentarios, poco a poco y con granititos de arena. Una sola matrona no puede cambiar décadas de atropello y violación en todo un país y menos con ese bagaje cultural y religioso que traen adosado. Poco a poco, sin flaquear mucho y sabiendo que en el futuro algunas mujeres agradecerán todas las cosas buenas que estás haciendo por ellas. Mucha suerte y síguenos contando por favor. Un abrazo.

  5. ¡Buffffff! Si, leerte es encantador (a kilómetros de distancia y comodamente en mi casa). Si realmente afecta tanto a tu vida y a la de tu familia… a no ser que quieras ser Teresa de Calcuta (pregunta a tus hijos) mi consejo, (aunque no lo pediste) es que acabes el contrato y regresa. Mereces una vida mejor y más alegre.

    1. No pretendo ser la madre Teresa. Todo lo que vivo me afecta a mí y a los míos. Quizá la vida de mi familia aquí sea mejor que en mi país. Mis hijas (3 y 1 años) están siempre acompañadas de su padre o su madre. Puedo venir a comer a casa, puedo tener asistenta, puedo irme a un buen hotel de vez en cuando, mi marido puede estudiar otra carrera, puedo pagar los billetes de avión a España…
      No creo que España sea el paraíso.
      Me advirtieron de que era un país duro para vivir y aún así vinimos. Sabíamos que habría dificultades.
      En el momento en el que uno de los cuatro no sea feliz aquí, buscaremos otro sitio donde intentar serlo todos!

  6. Irene: cualquier pequeño cambio que consigas será para bien, y los resultados van a ser muy visibles, ¡porque hay tanto por cambiar!
    vas a ir consiguiendo cosas poco a poco, paseniñamente, pero a final de año, cuando mires atrás verás que si: a mejorado la situación, porque tal como lo vemos desde aquí, la cosa solo puede mejorar… y es gracias a tu esfuerzo.
    yo creo que para tu familia está siendo una aventura apasionante, y el hogar está donde estés tu, que eres el núcleo.

    ah!… menudas historias les vas a contar a tus nietos…
    Te seguimos con admiración.

  7. que si…que si! que eres madre Teresa de Ávila! Pero no, a mi no me gusta como escribes …prefiero cuando me lo cuentas y disfrutarlo día a día a tu lado y al de las peques. Prefiero ver la cara de tus alumnas y el de las mujeres abrazarte tras un parto respetado. Prefiero ver Gaia correr al lado de Sanyana y bailar mientras tus alumnas cantan en coro en el campo, en el picnic que nos prepararon y que disfrutamos con ellas. Me encanta sentir que ciertos valores aqui no se han perdido y volver a encontrarme con ellos….como la solidaridad. Cada vez que hemos tenido un mínimo problema nos han tendido cientos de manos…sin preguntar, y ofreciéndonos hasta lo que no tenian.. Ojalá se pudiese mezclar lo mejor de todos los países….. y claro siempre estarías tu…

    1. Te quiero tanto… sin ti, esto habría sido imposible. Somos libres. O tan libres como queremos. Cuántos recuerdos en tan poco tiempo!! Me siento tan afortunada y todo gracias a la familia que hemos formado.
      Eres el mejor madam del mundo. Gracias amor.

  8. No me puedo imaginar la riada de sentimientos que te pasaran por la cabeza despues de un dia de trabajo. Pero tienen mucha suerte de tenerte y contar contigo. Ya q tu estas intentando mejorar las cosas. Eres una persona muy fuerte irene por lo q cuentas las condiciones son pesimas solo puedo decir menos mal q te tienen a ti. Envidio tu fortaleza un besazo.

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